Esta bodega está situada en Langenlois, el valle Kamp de la Baja Austria. Willi Bründlmayer es quien está a cargo de la propiedad familiar junto con su esposa Edwige, Thomas Klinger y el Master of Wine Andreas Wickhoff. Rodeado por las colinas del bosque Waldviertel, el viñedo queda protegido de los vientos fríos del noroeste.
En el día, el sol calienta las terrazas de vid y los suelos pedregosos. El carácter de los vinos proviene de la diversidad geológica y climática del viñedo. La familia Bründlmayer trabaja el viñedo de manera parcelar, desde la cosecha hasta el embotellado. La crianza se hace en una bodega climatizada y moderna. Los mostos se fermentan bajo frío para conservartodos los aromas de las uvas. La bodega está equipada por paneles fotovoltaicos en le techo. Captan la energía solar cuando en la parte inferior, las uvas están prensadas.
El jugo cae directamente en los tanques de fermentación, de manera que nunca se vuelve a subir el mosto. El proceso de vinificación aprovecha por completo la ley de la gravedad y con la menor intervención humana. Bründlmayer es el ejemplo del buen equilibro entre la tradición y la tecnología: las uvas provienen de las mejores parcelas de vid trabajadas de manera orgánica y a mano, y usan la tecnología en la vinificación y de maneja precisa. La crianza de los vinos ocurre en foudres en una cava milenaria debajo de la bodega.
Austria tiene una larga historia en el cultivo de la vid, con presencia de vides desde 700 años antes de Cristo. Tras un período de crecimiento durante la ocupación romana y la Edad Media, los vinos blancos finos de Austria ganaron reputación en Europa. Sin embargo, en 1985, un escándalo relacionado con el dietilenglicol detuvo abruptamente su crecimiento.
El escándalo llevó a la implementación de estrictas reglas gubernamentales que obligaron a los productores a mejorar la calidad de sus vinos. Aunque Austria representa solo el 1% de la producción mundial de vino, sus estándares de calidad son supremos. En 1992, se creó la OTW para clasificar los terroirs de las regiones vinícolas alrededor del Danubio.
El clima continental, con inviernos rigurosos y veranos cálidos, confiere a los vinos austriacos su carácter distintivo. Se destacan por el uso de uvas endémicas, como la Grüner Veltliner, que representa un tercio de las vides plantadas en el país y produce vinos refrescantes y frutales con complejidad mineral y especiada.
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