El cambio climático toca todas las regiones del mundo, pero cada vez de manera distinta. Para los vignerons, constituye un desafío importante. Se tienen que adaptar a los altibajos imprevisibles ocasionados por ello: entre aumento de lluvia, canículas o nieve tardía, tantos cambios a los cuales se tienen que preparar. ¿Cómo el cambio climático afecta las vides? ¿Cómo los productores logran adaptarse? Explicación.
El cambio climático afecta de manera distinta en cada región
Globalmente, en un siglo, la Tierra ha aumentado un poco más de 1°C. Parece poco, pero tiene mucha influencia en el cultivo de la vid.
Las regiones del norte más cálidas
En Val de Loire por ejemplo, ha ganado 1°C en los últimos cinco años, mientras en Alsace o Champagne, hoy se vendimia desde la mitad de agosto cuando antes se hacía en septiembre.
En Sudáfrica y Argentina, los vignerons buscan vides en las alturas, para obtener un clima más fresco y adaptado a la vid.
Las regiones calientes sufren de más tormentas
Las regiones de producción con clima cálido, Córcega, Ródano o Bordeaos, por ejemplo, conocen igualmente cambios climáticos. Aparte del aumento de la temperatura, las precipitaciones son más copiosas y fuertes: tormentas eléctricas, canículas o lluvias tropicales que ocasionan inundaciones.
En el viñedo de California, también los productores sufren de las temperaturas más altas. Conocieron varios episodios de canículas e incendios. Son elementos con los cuales tienen ahora que lidiar para proteger sus vides.
Nieves tardías
Otro cambio meteorológico clave es el de las nieves tardías y el hielo que invaden los viñedos de repente en primavera, al momento que la flor tendría que abrirse.
Eso ocurre principalmente en los viñedos europeos (Francia y Italia). Con la aceleración de la maduración de las vides, una fase de frío tardío complica el desarrollo correcto de la flor para dar las frutas.
Frente a esos cambios, los productores buscan soluciones sostenibles a lo largo del tiempo, para seguir produciendo vinos de alta calidad.
Soluciones innovadoras para enfrentar el cambio climático
Irrigación y sensores contra el calor
En California, con el calor intenso, la irrigación es una solución ideal para conservar la tierra fresca. Para un uso más controlado del agua, también se instalan sensores que rocían la vid cuando entra en “estrés térmico”. En el caso de Dalla Valle Vineyards, usan lienzos húmedos para refrescar las vides.
En Francia, la irrigación no está autorizada para los Crus, pues no se pretende el uso abundante de agua. Se prefiere proteger las cepas del sol, con hojas largas.
Otra solución consiste en dar más espacio entre las cepas, para no generar presión y la rivalidad entre una cepa y la del lado.
Es aún más importante quitar las hierbas que crecen entre las vides, para limitar la competencia por el agua de la tierra. Un trabajo manual meticuloso ahora es esencial para paliar la escasez de agua.
Adaptar la parcela
Varios científicos ya trabajan en el tema de reorganizar el mapa de los viñedos, pues ciertas vides son más resistentes al sol y al calor que otras. Estos investigadores buscan también vides antiguas para reintegrarlas a las parcelas actuales y diversificar el viñedo.
En otros países, como Argentina y Sudáfrica, ya varios productores han desplazado sus parcelas hacía zonas más frescas.
En Francia, el tema es delicado dado las delimitaciones regionales. ¿Quizá en el año 2050 veremos vides en las regiones del Norte y Bretagne?
Proceso de vinificación
El aumento de las temperaturas y la maduración más rápida de las uvas generan vinos con menos acidez y más azúcar.
Así que cada productor ha de adaptar su proceso de producción para desarrollar los vinos con las mismas características que antes.