Maya Dalla Valle pertenece a la segunda generación de winemaker de la familia. En 2017, se une al equipo y trabaja de la mano con su madre, Naoko, quien fundo la bodega en 1986 con su esposo Gustavo. Con un titulado en mano y experiencia en los viñedos más grandes del mundo, trajo una nueva visón para el proyecto de sus padres. Hoy los vinos de Dalla Valle vineyard son considerados dentro de los más finos de Napa Valley, cerca de grandes etiquetas del Bordelais. ¿Cuál es la trayectoria de Maya y como su visión moderna contribuye al éxito de la bodega?
¿Quién es Maya?
Primer encuentro con el vino
Maya Dalla Valle es hija de Naoko, de origen japonés, y de Gustavo, de cepa italiana. En 1986, crearon Dalla Valle Vineyard, en la región de Napa, en las colinas de Oakville. Al siguiente año, nace Maya. Para celebrar su llegada, sus padres le dieron una gota de Dom Perignon. Fue su primer contacto con el vino, un momento que ya presagiaba el gran futuro que la espera.
Los caballos, su segunda pasión
Maya creció entre vides. Sin embargo, no siempre fue su sueño retomar el proyecto familiar. Apasionada por la equitación desde niña, imaginaba más bien trabajar de manera profesional en el sector ecuestre, como amazona o entrenadora de adulta.
Alejarse de la bodega para regresar mejor
Estudiar enología
Después de su primera cosecha, Maya se enamora del proyecto de sus papás. Pero Naoko la advirtió: “En Dalla Valle vineyard, sólo contratamos jóvenes que cuentan con título en enología”. Sin pensarlo, Maya vuela al otro lado del país, para estudiar la Maestría en enología de la universidad de Cornwell (Estado de New York). Allí fortaleció su conocimiento de la vid, desde el punto de vista teórico y estratégico.
Desde Napa para Bordeaux
Para completar su formación profesional, Maya trabaja en varias bodegas: Ornellaia, en Italia; con Michel Rolland, en Argentina; Château Latour y por fin, Château Petrus, en Bordeaux, donde recibió la mayor influencia en su visión actual y sus expectativas con Dalla Valle.
En Latour, aprendió las técnicas de biodinámica y el cultivo de precisión, algo que aún no se veía en Napa.
Seguir con el proyecto familiar con una nueva visión
Maya sigue los pasos de sus padres
De vuelta a su tierra natal, Maya comparte sus aprendizajes con su familia. En 2017, se une al equipo, para trabajar de la mano de su madre. Convencida del potencial enorme de los vinos de Dalla Valle, continúa el proyecto con los mismos valores.
El toque de Maya: un giro para el viñedo
Sin embargo, Maya le da su impronta. En 2019, inicia la conversión del viñedo a un cultivo biodinámico. Con el calentamiento global, ella se enfrenta a los problemas de calor por lo que, para conservar la frescura de sus vinos, introdujo el uso de ánforas.
Vinos finos y elegantes
Maya se ha convertido en una experta. Sus vinos son muy elegantes, comparables a los mejores vinos de Bordeaux. Se elaboran con la menor intervención humana, sin filtración. La cosecha es manual, para seleccionar únicamente lo mejor de la fruta.
El equipo presta atención particular a la calidad de los tanques y contenidos usados en la crianza: tanto las barricas de roble, como ánforas de arcilla o de terracota, buscando siempre la mejor expresión del vino.
¿Cuáles son los desafíos los años a venir?
Desarrollo de nuevos proyectos
Maya Dalla Valle y Alex Heinz, el winemaker de Ornellaia en Italia, colaboran de nuevo. En 2021, anuncian el lanzamiento de una nueva etiqueta, un tinto DVO, con mezcla de Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc.
Aún no se sabe si habrá otras colaboraciones del estilo, pero son proyectos modernos y atractivos.
Acercarse a las nuevas generaciones
Este año, Maya quiere dar más visibilidad a sus vinos, en particular a los jóvenes de la región de Napa.
Desea además seguir con el desarrollo biodinámico del viñedo, buscando mejorar siempre la calidad de cada añada, y poder compartirlo con los amantes del vino.