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Chateauneuf-du-Pape era famoso por su mezcla de 13 uvas incluyendo blancas. La producción de uvas blancas representa menos de 3 % del total. Es un vino complejo y intenso, con aromas de frutas de hueso, flores blancas, miel, y notas especiadas. Pasa diez meses por barricas tradicionales.
Su consumo ideal empieza después de dos años en botella, pero envejece de manera sorprendente.
El plateau de la Crau está situado en el punto más alto de la denominación Chateauneuf-du-Pape. Es la zona que acumula más galets roulés (rocas redondas enormes) de la denominación. Daniel Brunier representa la sexta generación de la Famille Brunier y perpetua la producción de grandes vinos. Todo en la bodega gira en torno a hacer vinos de terroir. Desde una viticultura orgánica y biodinámica. Vinificación con levaduras autóctonas.