Tenia una gran expectativa de descubrir Vinitaly.
En 2020 había previsto un viaje increíble empezando a principios de abril para asistir a la boda de mi hermano en los Alpes, pasar unos días en Piamonte, Toscana y cerrar con broche de oro en Verona para el
Vinitaly. Todo se canceló dos semanas antes, por la razón que sabemos (el Covid).
No hubo edición tampoco en 2021 pero organice una visita completa al Piamonte y Climats
empezó a importar de cuatro bodegas de su región: Fratelli Borgogno, Giuseppe Cortese, Giacomo Fenocchio y Aldo Conterno.
Entonces en el 2022 disfrute de la oportunidad de ir a saludar gente conocida y desarrollar lo ya
iniciado. Para muchas bodegas también fue la posibilidad de “rattrapper le temps perdu”, volviendo
a hacer negocio face to face con sus clientes.
Llegar a Verona cuesta trabajo pues no hay vuelos directos. En mi caso decidí ir desde París hacia Milán
y rentar un auto para aprovechar un día en el Valpolicella. Fue un error porque dos días hubieran sido mejor para también visitar Alto Adidge.
Pequeño tip: el aeropuerto de Bergame está mucho más cerca de Verona que el de Malpensa.
Igual Padoue o Venecia pueden ser opciones interesantes, dependiendo lo que se quiere visitar en el camino o alrededor de la feria.
Vinitaly dura cuatro días, yo decidí permanecer tres días completos de lunes a miércoles, son jornadas largas e intensas pues la feria es enorme.Hay más de 12 hangares con numerosos productores de cada región Italiana.
Las distancias ir de un lugar a otro son considerables y se necesita prever muy bien las citas, idealmente por regiones (Toscana, Piamonte, Sicilia, etc.) y temáticas para optimizar el tiempo. Para convivir un tiempo con los dueños de las bodegas es necesario previamente acordar una cita, ya que la mayoría están en la feria o no están siempre libres y disponibles.
La feria esta situada al sur de la cuidad, a unos 20-25 minutos caminando desde el centro, llegar en coche no
es buena opción pues todo el mundo entra y sale a la misma hora. Un amigo me prestó una bici y me sentí como lugareño. Lo óptimo es rentar un rbnb entre la feria y el centro, así puedes irte a cambiar de ropa para la noche pues enfría bastante el clima.
A partir de las seis de la tarde, la gente se mueve hacia la “Citta antica” y empieza la segunda fase de Vinitaly by night con ricos aperitivos a base de negronis, americanos y hermosos paseos por las plazas de Verona con un stop obligatorio en la Antica Botteca dei Vini, donde todo el mundo bebe y reparte magnums de champagne en la calle.
El espíritu de la feria es increíble y es una muy buena manera de hacer negocio, conocer a fondo sobre lo que produce Italia, convivir con profesionales del sector y dueños de bodega en un ambiente convivencia divertida.
Definitivamente un Rendez-vous al cual voy a acudir cada año, si puedo. Me voy con muchos bellos recuerdos y
contactos para visitar en Veneto, Toscana, Alto Adige y Friuli que eran las regiones que deseaba conocer en esa edición.
Ciao bella Verona!
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