Mathieu Delaporte
El Domaine Delaporte está situado en el pueblo de Chavignol, en el corazón de Sancerre. Esta zona es famosa por su vino y por un queso en particular: el Crotin de Chavignol, hecho con leche de cabra que se puede comer fresco, semi madurado y maduro.
El suelo de Sancerre es una maravilla geológica, cuya formación se remonta a hace millones de años de la época del kimmeridgian. Antiguamente este lugar albergaba un mar poco profundo, cálido, cuyo fondo acumulaba conchas y fósiles marinos que formaron una capa densa que hoy constituye su suelo. Por ello, la expresión de las vides que crecen aquí es marvillosa.
En Sancerre se cultivan dos uvas: Sauvignon Blanc y Pinot Noir. Se hacen vinos blancos a partir de los Sauvignon Blanc y tintos y rosados a base del Pinot Noir.
Hay diferentes terroirs en Sancerre. Dos de ellos nos llaman particularmente la atención: la colina de Monts Damnés, que da los vinos más puros y elegantes de la denominación y la colina de Pouilly-fumé, pero del lado de Sancerre con exposición oeste y con suelo lleno de piedras Silex, cuyos vinos tienen una expresión atípica: tropical y mineral (aroma a fósforo).
Matthieu estaba destinado a dirigir la bodega familiar en algún momento de su vida. A sus 22 años, ya tomó la responsabilidad de hacer los vinos con decisiones fuertes: conducir el viñedo de manera orgánica, favorecer el trabajo manual y parcelar y realizar crianzas más largas en barricas de 500 litros.
Aunque tiene apenas 30 años, a Matthieu se le considera uno de los jóvenes más talentosos de su generación. Su trabajo es reconocido por muchos críticos a nivel mundial. Su vino rosado fue catalogado como el mejor del mundo por Decanter en 2017.
Admiramos mucho a los jóvenes enólogos que trabajan duro y toman decisiones complejas para elaborar sus vinos y mejorar su calidad. Matthieu es parte de esa generación que heredó buenos terroirs, que tomó las riendas y que elevó la calidad al nivel más alto.