Chiara Condello

Chiara crece en un viñedo: el de sus padres en Predappio. Después de estudiar, decide que
el vino sería su vida.
Tener un viñedo sano y balanceado: con ese motivo Chiara Condello trabaja la vid a fin de
generar la mejor calidad de fruta para la elaboración de sus vinos. Chiara empezó su
proyecto con la intención de producir vinos que expresen el alto potencial de su tierra. El
viñedo se extiende sobre cinco hectáreas solamente en la denominación Predappio, a unos
200 metros sobre el nivel del mar rodeado por un bosque.
Las vides crecen en un suelo donde hace 3 millones de años había un océano. Hoy es
pobre de arcilla calcárea y rico en areniscas pliocénicas, que se llaman Spungone.
Chiara busca expresar toda la particularidad de su terruño: vinos puros, brillantes con
mineralidad. Por lo mismo hace una etiqueta que viene de un solo viñedo de 0.8 hectárea y
se llama Le Lucciole. Trabaja la tierra de forma parcelar y orgánica, siempre respetando las
plantas endémicas de la región, como olivos plantados en medio de las parcelas. Se enfoca
en hacer vinos 100% de uva Sangiovese, vinifica de manera espontánea en su cava natural
con levaduras autóctonas y hace la crianza de sus vinos en foudres de 3,500 litros. Chiara
aprendió a cultivar la vid con su abuelo y sigue usando ciertas técnicas y herramientas de
vinificacion que descubrió a su lado, junto con sistemas más modernos que asimiló a través
de sus estudios de enología en Milán y sus viajes en el mundo.

Es una chica encantadora, muy educada y apasionada. Con su perfecto inglés y francés, te
recibe de manera cálida en la bodega y al disfrutar del agriturismo familiar Condé, iniciado
por sus padres. Su amor por el vino, su perfeccionismo y búsqueda de calidad se aprecian
en la pureza, identidad y expresión única de sus vinos.
Su vino Le Lucciole 2018 fue premiado por el “Il premio Tastevin”, reconociendo su gran
trabajo y talento solamente a su cuarta vendimia. Estamos muy felices de empujar a esta
joven talentosa enóloga italiana que participa en dar a conocer más los vinos de su región.
“Cuando visité su bodega desde Florence, ya me había sugerido llegar por Bologna y la
autopista, porque la otra ruta, aunque hermosa cruza las montañas y el bosque Casentinesi
con muchas curvas. Terminé escogiendo la ruta linda y fueron tres horas sin soltar el
volante pero con una vista impresionante. Llegar a Predappio después de ese largo viaje y
conocer el bello viñedo de Chiara y el agroturismo familiar fue un encanto. Terminamos
cenando en un lugar del pueblo vecino en Fiumana sin pretensión, pero donde todos los
platillos eran deliciosos y con mucha identidad.”, Tanguy

×